CERO




Podrías llamarte Teresa o Ana y ser capaz de imitar el zumbido de las abejas mientras resistes la perpendicularidad del sol de agosto. Construir un mundo uniforme con palillos y billetes de avión, dedicando hora tras hora a esperar la oscuridad mientras los bolsillos quizá brillen trayendo propuestas y alfabetos.

Si te llamo Begoña o Mariluz los días se suceden ordenadamente y yo quiero darte un poco de mi miedo, compartirlo como el alimento último. Quiero sucumbir bajo tus zapatos en un intento desesperado.

Podrías llamarte Isabel, Luisa, Marta y hablarme, tras la siega constante, con tu media sonrisa. Recordarme que ha llovido todo el día, que de todo lo que ocurre sólo importa lo que importa, que te gustan las manzanas rojas y limpias, que cuando digo viernes te hago pensar en una luna muy fina, y que ya es ahora.

Si te llamo Ángela serás para siempre una pajarita de papel charol.


3 comentarios:

  1. Todas son la belleza que tú necesitas, y una es todas las mujeres que has deseado.


    Un salado y nostálgico saludo

    ResponderEliminar
  2. Llegué por casualidad (si es que eso existe), leí dos entradas y me pregunté por qué no subirías textos más seguido, pero esas cosas solo las sabes tú.
    Un abrazo.
    HD

    ResponderEliminar