LA FELICIDAD DE LAS MÁQUINAS




   Todo es mentira. Soy mentira yo mismo, que me yergo a caballo en un naipe de broma (…)
                                                                                                                V. ALEIXANDRE


Declararse límite y esperar que el aire no sea duro.

Preguntarse
cuánto de luz hay en nuestra imagen si me asomo al azul y sus picos, si la delicia es la tierra seca y su nombre escrito.

Hay gestos que acercan a mi boca la crin de los caballos, que son peces o el recuerdo indefinido de una estela blanca. Que a veces significan la belleza del pan, de las señales de tráfico, lo adecuado de enseñar a los niños el proceso que resuelve una raíz cuadrada. Pero.

Sé que hablo sólo para mí
por eso digo
que vamos a quedarnos solos,
dueños, sin embargo, de la perfección quieta de los mapas.


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