VICEVERSA

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
O sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

MARIO BENEDETTI

EL DESAYUNO


Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».



LUIS ALBERTO DE CUENCA

FALSO

La radio, la televisión
y los periódicos
dicen que ya es primavera.
Pero es absolutamente
falso.

NO SE

Yo no sé si puedo hablarte.
La fuerza que exalta mis resortes
y esa triste locura nocturna vienen de tí.

He perdido horas delicadas en buscar
la manera de una forma tan lejana a mí
dando la mano a cada mano precisa.
Ahora ando partido, arrastrando mi
cuerpo, que es ya sólo un nombre
por el pavimento

Ofreciendo lo que digo siendo esperma.
Tomando esa boca dilatada como un alma.
Confundiendo las ventanas de tu forma

tan del mundo.

AVISO


Porque prefiero partir
con esta mirada que pongo en tu hombro,
desusada y púdica-ya sabes-
no me tomes, si quieres, la sonrisa
en serio. No me derrumbe,
desahuciado,
de pena

SE PIANGE, SE RIDI

Te diré que no supe si reír o llorar
después de todo
pero estaba feliz,
demasiado feliz, sospecho ahora.
Recuerdo que me hablaste
de que empezaba a amanecer,
el cielo parecía algodón sucio.
Lo más inolvidable será siempre
el aire fresco y dulce que crecía,
igual que una caricia, entre dos luces.
Yo estaba sola
y tú quisiste ser mi amigo:
que esto no rompa la amistad, dijimos.
Pero fue hermoso más que un sueño,
mucho más inquietante que un puente entre la bruma
y aquel coche sin duda más maravilloso
que un bosque de la Alhambra
y tu corazón más hondo y más extenso
que el manto de la aurora
cuando llorando me asomé al balcónde tus ojos.
Por eso ahora escuece la distancia
como ella sola y el deseo -cruel-
asoma cada minuto
-con el peligro que eso entraña
para una sencilla amistad-
ahora no puedo menos que aceptar
lo que fue un verdadero error de cálculo:
esta suave tristeza insoportable
con la que no contábamos.

ANGELES MORA De "Cámara subjetiva" 1996

LUCIDEZ SEGUNDA


Todo mi calor te explica.
Cosida como estás al mapa de mi vida.
Creando con saliva la campana de mis ojos.
Así es.
Esta lluvia de octubre me mata desde antes.
Me duele en la tripa como un tren que se marcha.
Y lloro. Sólo a veces. Como lloran las putas
que no tienen nombre.
Tu boca es un secreto que nunca me perdonaré.
Una costumbre dulcísima.
Un animal que acude a mi llamada.
Quién me creerá si digo que me obstino en aprenderte.
En memorizar tus estrategias y procedimientos.
Así es.
Esta lluvia de octubre me asesina.
Me tiende trampas. Me oculta las señales.
Y todo este desorden.
Y el criminal desnudo de mi sangre.
Y mi sudor codificado como un mensaje de guerra.
Y el exterior manteniendo su murmullo.
Como el universo ese
el universo de nuestra memoria.