OCHKAM ESCUPE AL CIELO


La primavera ha sido primordial
y es de noche otra vez
a ojos de los caballos y de los insectos.

Yo espero que comprendas la ternura ocasional de las bestias,
la forma en que calman su sed en los arroyos,
y te explico despacio que la carne es materia
y en los dedos
el sexo es un racimo de uvas verdes,
pero -siempre pero-
te dejo la opción única
de ignorar mi cuerpo en el momento exacto en que es violín.

Puedes suponerme,
mientras yo imagino como crecen las palmeras al sur de Europa.

NOTA AL MARGEN


“Allí estaban los dos, tristes y abatidos, como náufragos arrojados por el temporal a una costa desolada. Raskolnikof miraba a Sonia y comprendía lo mucho que lo amaba. Pero -cosa extraña- esta gran ternura produjo de pronto al joven una impresión penosa y amarga. Una sensación extraña y horrible. Había ido a aquella casa diciéndose que Sonia era su único refugio y su única esperanza. Había ido con el propósito de depositar en ella una parte de su terrible carga, y ahora que Sonia le había entregado su corazón se sentía infinitamente más desgraciado que antes.”

Fiódor Dostoyevski “Crimen y castigo”

 
 
No comprendo esto que ocurre,
este círculo perfecto,
 
pero se quien es
ese muerto bellísimo que habita los muebles y los días,
conozco su gesto y sus razones.

 Estoy aquí.

La certeza de que existo
son estas manos que nunca edificaran tu casa.