(APUNTE)


Esta carne inexacta
que cifra el miedo
doblándose, imposible,
como una raíz.

Esta carne que bautiza
con el semen disponible.

Que blasfema en mi nombre.
Incapaz del perdón
o el sacrificio.

Esta carne ya es pavesa.
No lo olvides.

PARA CUANDO TODO ACABE



Todo será porque sabré mis límites
y estarán bien marcados en un mapa
con la sangre de ayer y el aire necesario de mañana.
(L. F. COMENDADOR. “Un día, sin más…”. Dientes de leche)



Ponle nombre tú
al reverso de esta lengua que apuñala
tu quinto espacio intercostal.

A esta costumbre
de sed y calendarios
para cuando todo acabe.

Y líbrate entonces de mi tacto.
Y líbrate de mi aguacero
que hiere en las vértebras
como hiere
la luz sepia del otoño.

(Se trata de pactar con la tormenta,
hembra improbable,
no te quedes por tanto
en la oquedad de las retinas)

INÚTIL


Y digo que no sé
no sé
hacer
castillos
con los naipes
que me tocan
no sé
por más que intente
hablar
de azoteas
manos
o conjugaciones
no sé
contar
que una vez en Lisboa
ni desentrañar
el vaho en la ventana
no sé
escribir
un poema
digo
que no acabe
al final
por incluir
..............te.

ASÍ SERÁ. ASÍ ES.


No pediré esta vez
que deletrees tu nombre
y me ubiques en pedazos
bajo el vuelo de los pájaros.
Me basto
para olvidar el laberinto
de las aceras sin orquídeas
apiadándose
en cada una de mis huellas.

Y así será.
Y así es.

Si tuviera mejor pulso
trazaría un horizonte
muchísimo más recto
y con la fecha exacta
que marcan
tus hipotéticos párpados.