TU TACTO



Tócame con la oscura rectitud de la noche furiosa,
atenazando mis fronteras con el escarpado dolor
de tu espuma diferente.
Tócame en esta materia extensa y grave,
sin el indeciso temor recogido en otros pulsos:
como se establece un deseo en el cauce de unos brazos que son propios.
En este fragmento, que sobrevive, poblado
de desórdenes blandísimos.
Estrecho ámbito criminal y desnudo.

Tu tacto para la unidad ensimismada
de mi cuerpo confuso,
para el cielo oculto de este sueño que acelera
la tempestad y la sangre,
para mi madera crecida y resuelta en el
espacio virgen que poseo.

En tí siembro unas manos con raices y
una frente que no agita su sentido.

Todo se propagará en la luz ferrea de
que estamos hechos,
habitando el territorio dormido del tiempo,
sin llanto y sin asombro.

DECEPCION



En el atardecer inmisericordioso
han llamado a golpes a la puerta.

Toc.

(Pienso en la lucha extensa
y animal que me cubre como un sudor
plastificado, en el temor antiquísimo
del que no obedece gobierno)

Toc.

(Pienso mi cuerpo con la forma
precisa de la carne).

Recojo mis manos. No me hallo.
Salí en tu busca por las calles piadosas
del pretérito.

LA INCOGNITA




La incógnita escondida
como inhumano ritual,
que me sitúa entre miles de cósmicas heridas,
inconmensurables, bárbaras, ocultas.

La incógnita que me sujeta
a la fuerza de mis brazos,
simultanea y necesaria,
que late despojándome del tiempo.

La incógnita que se me ha cosido a la piel
y se injerta sin transcurso, para asomar
ciertamente cuando quiere.

Eso es lo que tengo.

TU HERIDA


Hallo en tí toda posibilidad
de herir:
Ver paisajes de trigo encendido
en cada mirada,
el dolor de la lluvia, proponiendo
el misterio de, tal vez, el amor en tu cabeza.
Saber que si cojo tu brazo
notaré el latido de un dios perderse en el cauce de tu sangre.

TU NOMBRE


A veces ocurre que escribo
tu nombre
y creo que es un poema
Cojo
tu nombre
y con él hago
cruces
filas
números
cojo
tu nombre
y hago
versos y
versos
Porque a veces ocurre que
tu nombre
es un poema.